Diego Siloé (1495- 1563)

Escalera dorada de la Catedral de Burgos (1519 y 1523)

Hijo de Gil de Siloé, recibiría en el entorno familiar las primeras nociones de arte. Su espíritu inquieto y su afán de superación lo llevarían a relacionarse con otros artistas, en busca de novedades. Entró en contacto con Bartolomé Ordoñez. Puede que ambos trabajaran en alguna obra burgalesa antes de trasladarse a Barcelona, en donde intervendrían en 1517 en la realización de las cabeceras de la sillería de coro de la catedral. Desde la capital catalana pasaran, siempre dentro del territorio de la corona aragonesa, a Nápoles en cuya iglesia de San Giovanni a Carbonara ejecutaron el retablo y la decoración de la Capilla de los Caraccioli de Vico.

      Fruto de sus viajes serán las novedades técnicas y decorativas que en España introduzca, habiendo sido bautizado, como uno de los mejores ejemplos del Renacimiento español. Según Camón Aznar, las novedades que el español aporta son los grandes pilares, a los que adosó columnas con altos plintos, los gruesos arcos a la curva de las rotondas e imaginó composiciones de grandeza romana, con frontones sobre columnas, temas ornamentales itálicos y la recreación de paños que parecen mojados. Sus primeras obras conservan importantes vestigios del Gótico– como el uso de las nervaduras medievales para decorar las bóvedas- heredados de su padre.

Catedral de Granada (1528)

        En España comienza su iniciación en el terreno de la arquitectura con la Escalera dorada de la catedral de Burgos realizada entre 1519 y 1523 e inspirada en un dibujo de Bramante, mostrando la influencia italiana. Divida en dos tramos de escalinatas paralelas. En ella se descubre como autentico maestro, por la habilidad con que supo resolver una serie de condicionantes y por el dominio de la composición.

        Se encargó de las obras del Monasterio de San Jerónimo. Se le encomendó la construcción de la que habría de ser su mejor obra, la catedral de Granada, con la corona interesada en expresar con él la cristianización del último enclave musulmán de la península y con el deseo de Carlos V de convertir la catedral en mausoleo imperial, a fines de abril de 1528.  La catedral de Granada erigida a partir de los planos propuestos por Egás. La obra, comenzada en 1528, muestra rasgos plenamente clasicistas en las bóvedas, columnas y capilla mayor. Siloé dejó su impronta como escultor en la catedral, con tres composiciones magníficas: la portada del Ecce Homo, en 1531; la de San Jerónimo, 1532; y la del Perdón.